La popularidad del pádel no ha dejado de crecer en las últimas décadas no solo en nuestro país sino también, y cada vez más, en países europeos y americanos. Pero, ¿a qué se debe este éxito? Probablemente la respuesta se encuentre en que es mucho más que pádel.
El pádel ha ido conquistando a jugadores de todas las edades y sexos. Deportistas y personas con hábitos más sedentarios, gente procedente del tenis o de otras disciplinas…; personas de todo tipo de gustos y ámbitos que han encontrado en este deporte la práctica ideal.
Quizás esta heterogeneidad de los jugadores de pádel parte precisamente de su gran adaptabilidad. Las características de este deporte lo convierten en la actividad perfecta para cualquier persona, sea cual sea su edad, sexo o condición física pudiendo imprimirle mayor o menor exigencia.
También el material que precisamos para su práctica se adapta a todos los bolsillos. Y es que el pádel a pesar de haberse asociado en sus inicios a la élite, es un deporte que no necesita un gran desembolso si lo comparamos con otras disciplinas. Las mejores bolas de padel no superan los 6 euros, podemos encontrar zapatillas de padel baratas, palas por menos de 100 euros y textil de liquidación.
Pero su éxito trasciende más allá de esta adaptabilidad y nos encontramos con otra de las razones fundamentales de su popularidad: este deporte es mucho más que pádel.
¿Por qué decimos que es más que pádel?
Nos referimos a que la práctica de este deporte es mucho más que pádel por todos los beneficios que nos ofrece su práctica. El pádel se convierte en una forma perfecta no solo de hacer ejercicio sino también de despejarse y de socializar.
A nivel físico, el padel es un deporte muy completo que nos permite evitar una vida sedentaria ejercitando tanto el tren superior como el inferior al tiempo que quemamos calorías. Pero no solo eso, con la práctica del pádel mejoraremos otros aspectos como la coordinación, flexibilidad, velocidad, reflejos… Además no podemos olvidar que, al igual que toda actividad aeróbica, mejora nuestra salud cardiovascular previniendo enfermedades y fomentando una vida más sana.
Por otro lado el pádel también nos permite pasar un buen rato. Las características de este deporte lo hacen divertido, fácil de jugar y perfecto para olvidarnos por un momento de la rutina. Es por este motivo que al margen de los habituales partidos y torneos de fin de semana, son muchos los que aprovechan el fin de la jornada laboral diaria para ir a clases de pádel o quedar con amigos para jugar algún set, divertirse y desestresarse tras un intenso día de trabajo.
Más que pádel, un deporte social
Pero por encima de todo, el pádel se convierte en una de las mejores opciones para aquellos que deciden hacer ejercicio por su gran componente social y en esto también confluyen varios aspectos que nos ayudarán a entenderlo.

Para empezar, al pádel se juega en pareja. Es cierto que puedes jugar solo al pádel y que existen pistas que se adaptan a esta modalidad pero reconozcámoslo, es mucho menos divertido. La variedad más extendida es la de un dos contra dos y para eso necesitamos una pareja. Puede ser un familiar, un amigo, tu pareja sentimental…o un desconocido. Pero sea cual sea la opción elegida, es importante contar con una buena relación no solo porque eso se reflejará en la compenetración que mostraremos en el juego sino también porque pasaremos mucho tiempo juntos.
En segundo lugar, el pádel es un deporte perfecto para jugar con amigos. Y es que todos sabemos que el pádel se divide en partido y cañas y ¿qué hay mejor que compartir deporte y cerveza con los amigos? Desde su incursión en nuestro país el pádel se ha ido extendiendo como plan perfecto después del trabajo para reunirse con los amigos. Y sí, también como prólogo a las cervezas de después.
Por último, los torneos de pádel se han ido afianzando como el plan perfecto para cualquier fin de semana. Una opción perfecta para jugar más partidos, disfrutar de buen ambiente e incluso poder llevarte a casa algún premio. Una modalidad que aumenta este componente social al permitirte conocer a más gente y disfrutar de tu deporte favorito.
Así son muchos los eventos que se organizan a lo largo de toda la geografía española ofreciendo una oportunidad perfecta de poner en práctica lo aprendido en las clases de pádel, conocer gente, disfrutar de tu deporte favorito y pasar una buena jornada padelera.
Todos estos motivos  convierten a esta práctica en mucho más que pádel haciéndolo la forma perfecta de hacer ejercicio, socializar y liberar el estrés.
Y tú, ¿por qué juegas al pádel?